Debo de ser el último bloguero sobre la faz de la tierra en darme una vuelta por Twitter, un servicio web que te hace una única pregunta: «¿Qué estás haciendo?», y te da 140 caracteres para que lo cuentes. Twitter sirve para hacer saber a amigos, familiares o compañeros (de trabajo o de fatigas) qué estás haciendo en ese preciso momento. Además se pueden enviar actualizaciones desde un móvil, ya sea por mensajes de texto (de momento internacionales, jo) o por el portal diseñado para móviles. Esta faceta «móvil» de Twitter lo hace más dinámico e inmediato.
Conozco Twitter desde hace bastante tiempo, pero nunca me había animado a usarlo. No creí que fuese útil, teniendo en cuenta que es poco probable que mi familia siga mi página de Twitter y que la necesidad de compartir qué estoy haciendo con amigos y compañeros, no va más allá de la mera curiosidad. Pero sí que puedo imaginar ambientes de trabajo o situaciones familiares donde Twitter pueda ser realmente útil.
Yo me he empujado a mí mismo a utilizar Twitter por varias razones: para obligarme a tomar contacto de nuevo con internet y mi blog, y porque tenía que probarlo antes de descartarlo definitivamente. Ya llevaba demasiado tiempo en mi lista de cosas pendientes.
¿Quién sabe? Igual me acaba gustando y me vuelvo un adicto a Twitter, pero de momento no le acabo de ver la gracia (repito: en mi situación concreta). Si a alguien le interesa lo que envío a Twitter, podéis echar un vistazo a mi página de Twitter. Más adelante, si sigo usando Twitter, pensaré en incluir las actualizaciones directamente en mi página.