Hoy hemos hecho una visita intensiva a Brujas y Gante. Hemos pasado de puntillas por encima de las dos ciudades, parando para ver los edificios simbólicos y callejeando lo máximo posible por sus centros históricos. Quizás Brujas sea más espectacular, sobre todo por sus canales, pero ambas son ciudades muy hermosas. La influencia flamenca (en su primera accepción, jeje) es más que notoria y aunque aún tienen esa familiaridad de ciudad europea, se distingue en ellas un toque mucho más «nórdico».
A nivel arquitectónico destacan sus edificios góticos, con transiciones a flamígero y barroco. En todos ellos, especialmente en catedrales e iglesias, destaca la luminosidad (por la ligereza de los elementos estructurales) y la riqueza de los interiores. Llama mucho la antención si estás acostumbrado a la sobriedad y oscuridad de los templos españoles de la misma época.
Vista de Gante desde el puente de San Miguel
Los viajes hacia uno y otro lado los hemos hecho en tren, muy cómodos y puntuales. Los regionales de Renfe darían risa al lado de estos… Ya estamos devuelta en Bruselas, cansados y con sueño.
No obstante, seguimos sin rastro de las coles…