Bueno, quizá este no sea éste el estreno más brillante posible como reportero de reven.org, pero bueno, se hace lo que se puede.
La verdad es que no me gusta mucho hablar de política, ya que ninguna de las opciones políticas representa «a pies juntilla» a nadie con espíritu crítico. El hecho de no «casarte» con ninguna opción política y criticar su labor muchas veces lleva a que los de un color te tachen de ser del contrario y viceversa (siempre errando en el intento de catalogarte).
Estos días he estado leyendo algunos libros de historia de la Guerra Civil (principalmente de Gibson y Thomas), también he leído la bitácora de un Abertzale de izquierdas en barrapunto (y alguno de sus comentarios), que me han refrescado que ya han habido algunos generales que han hablado de sacar los tanques a la calle ya que habían jurado defender la Constitución.
Trascribo textualmente algunas «perlas» de gente con formación y supuestamente con cultura (que son cosas bien distintas), y digo supuestamente porque comentarios así me hacen plantearme por qué pierdo el tiempo en estos foros:
«La única posibilidad de secesión para Pais Vasco y Cataluña es lograr una Guerra Civil, en la que una izquierda radical y antiespañola saliese vencedora , y anulase la democracia en España.» «Y en ese caso, en caso de que los nacionalismos trataran de obtener por la fuerza sus revindicaciones, por supuesto que habría tambores, pero no tricorniales, sino de la Infantería de Marina y de la Legión, porque la sociedad española no tiene por qué rendirse al chantaje terrorista o militar de nadie.»
Me imagino que habrá comentarios similares por el otro «bando» (¿qué harían los nacionalistas radicales si no se aceptase un referendum?).
¿Qué decir, hacer o pensar ante semejante barbarie? Esta situación recuerda mucho a la Segunda República, y todos sabemso lo que vino después. Siempre pensé que el pueblo español aprendió bien la lección de lo cara que cuesta la guerra y más la civil, pero parece que nuestros militares siguen dispuestos a ella y que parte del pueblo lo apoya fomenta e iría a la guerra por esos «ideales».
El MIEDO viene porque parece que sigue habiendo dos españas (por lo menos), igual de manipuladas que hace 70 años, discutiendo por problemas similares (matrimonios gays, estatutos, etc.). ¿Estamos en el mismo punto que hace 70 años? ¿tan poco hemos avanzado? ¿Acaso, olvidamos todas las lecciones de una guerra de 1000 días y 40 años de dictadura?
Esperemos que la OTAN, la UE (ni Francia ni Gran Bretaña ni la otrora poderosa URSS de Lenin quisieron «mojarse» más de lo debido hace 70 años, y tenían muchos intereses económicos en España, el «fantasma» de una guerra mundial volvía a planear sobre Europa y la intervención directa era sinónimo de guerra mundial, las cosas parecen haber cambiado, pero no tenemso petróleo, ni gas, ni muchas minas como para suscitar la codicia de una intervención temprana, ¿nos dejarían matarnos en carnicería antes de mover un dedo? las reconstrucciones son muy lucrativas, ya se sabe), y San Pantaleón nos protejan, que la gran mayoría queremos tan sólo un trabajo para una vida digna y sacar nuestras familias adelante, en el país que sea, se llame como se llame y lo componga quien lo componga.
Como dice un buen amigo: los perros mean en las esquinas y nosotros pintamos líneas sobre papeles para marcar el territorio, obviando problemas más acucaintes, como la sequía, la desindustrialización, la precariedad de los jóvenes, la especulación inmobiliaria, etc que evidentemente no sabemos o no queremos (por lo lucrativo) arreglar. Lamentablemente, en este país los votantes de uno y otro color son fieles, no cuestionan, no piensan, no practican la autocrítica (única forma de mejorar), simplemente acatan.
Quizá es el momento de crear una alternativa, de mostrar que el pueblo piensa y que no le gusta lo que pasa.
Clase política inepta, corrupta y demagoga responsabilícense de las consecuencias de sus actos, que en ello está nuestro bienestar. Ahora, como siempre, acerca del pueblo español (o de España, o de las españas, o de los reinos del estado español, a cada uno como le plugiere): «¡Dios, que buen vassalo! ¡Si oviesse buen señor!»