Adis ha preguntado en su página (ya hablé de «Count your sheep» hace unos días) qué fue el detalle exacto que hizo que tu amor sea tu amor (más o menos). Mi respuesta no es la única posible. Praga fue un caldo de cultivo excelente para melancolias diversas, pero allí, en la habitación del hotel, mientras Piru y Diana discutían junto a la ventana, Meli se quedó dormida y yo le acaricié el pelo y el cuello. Su cuello. Algo que siempre me ha fascinado. Me perdí en su cuello para siempre, sin poder evitarlo…
(esto es un secreto)
Sed buenos…