Hola!
Estoy de vuelta. Me he tomado este pequeño descanso del blog para casarme, ir de luna de miel a Londres, cambiar las cosas que no me gustaban de mi vida y coger fuerzas para una nueva etapa.
Lo normal en la blogosfera es avisar a tus lectores de que vas a tomarte un descanso de bloguear, pero bueno, aquí están las explicaciones de todas formas.
Uno de los motivos de dejar de escribir era que no tenía nada (interesante) que contar y a principios de año me había planteado no hablar tanto sobre temas personales y darle al blog un enfoque más técnico. Este objetivo se me estaba escapando un poco de las manos, porque estaba pasando un mal momento en el curro y al llegar a casa, después de dedicarle al curro (y sus problemas relacionados) más tiempo del razonable, sólo me apetecía hablar de lo inútil/estúpido/perdido que había sido el día, y vosotros ya tendréis bastante con lo vuestro.
Me preocupa bastante mi privacidad y también me preocupa la responsabilidad de hablar con un nombre y una cara. Hubiera querido contaros muchas cosas, pero no me he sentido con la libertad de hacerlo porque sabía que algunas de las personas implicadas leían el blog. Intentaré cambiar eso.
Y ahora, qué os parece si hablamos de cosas interesantes…
¡Bienvenidos!
¡Ya pensábamos que eso no era luna de miel, sino fuga a las Islas Caimán con algún obscuro botín!
😉
¡Un abrazo!