Odio madrugar. Odio madrugar más que nada en el mundo. Incluso más que venir a trabajar.
Hacía mucho que no llegaba tan pronto a trabajar.
Sólo pasaba a dar los buenos días y hacer un poco de tiempo hasta que empiece la reunión.
Abrigaros; hace un frío que pela ahí fuera.
tambièn detesto madrugar pero casi todos mis problemas cotidianos empizan por levantarme tarde, he tratado mucho de volverme madrugador pero nada me ha funcionado.